Mikadono Sanshimai wa Angai, Choroi

Sensación: cursi, pero simpática.

Ritmo: más rápido de lo esperado.

Ideal para: liberar tensión.

Destaca por: la deconstrucción del elitismo.

Presta oído a: sus temas de cierre temáticos.

Clave visual: trazo limpio y bien definido, una calidad superior a la esperable.

Para amantes de: las tsundere y las comedias de fácil digestión.

Sorprendente por: su capacidad para revertir los clichés.

Si algún género puede superar a los isekai en número, este sin duda alguna es el harem. Una temporada con la del verano del 2025 no podía ser menos y viene cargada de ellos. Los hay para todos los gustos y colores, por ejemplo, el tan popular como vilipendiado Kanojo, Okarishimasu o la sorprendente apuesta lésbica de Watashi ga Koibito ni Nareru Wake Nai jan, Muri Muri! (※Muri ja Nakatta!?). Los hay también mediocres como Kakkou no Iinazuke o estrafularios y rocambólicos como Kizetsu Yuusha to Ansatsu Hime. Un lugar a parte se merece Mikadono Sanshimai wa Angai, Choroi. De este último anime precisamente hablaremos largo y tendido. Una propuesta más interesante de lo que pudiera parecer a primera vista. Agarrando tan solo dos o tres elementos, logra armar con ellos una comedia divertida a la par que crítica y reflexiva sobre el rol de género, en particular el de la mujer en la sociedad japonesa y, por extensión, también en el mundo occidental.

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Cuando Yuu ingresa en Academia Saika para prodigios ocurre lo inevitable. El hijo de una de las mayores estrellas de Japón ha de ser él mismo un superdotado ¿verdad? Como reflejo de una sociedad elitista obsesa con la cualificación y gradación, el trío de estudiantes cubre de la escuela, ordenan ponerlo a prueba. Ni que decir que fracasa de la forma más estrepitosa. Para Yuu es una vieja cantinela. Se convierte en el centro de miradas prontas a juzgar, miradas llenas de reproche. Pero lo que podría haber quedado como una anécdota repetitiva más para Yuu, para un giro de ciento ochenta grados cuando su destino queda unido a las tres chicas, quienes a la postre son hermanas. Unas chicas consumidas por su talento incapaces de levantar la mirada y tomar conciencia de sus propios deseos.

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Si algo caracteriza a Mikadono Sanshimai wa Angai, Choroi es saber jugar con los arquetipos y retorcerlos a su placer. Sin miedo alguno, nos presenta a tres hermanas compartiendo el mismo, un molde reproducido hasta la saciedad en la comedia romántica japonesa. Me refiero, como no podía ser de otra forma, a la tsundere. Qué es una tsundere, tal vez te preguntes. Es un personaje que obstinándose en ocultar unos sentimientos que es incapaz de esconder, toma conciencia y se ruboriza hasta la médula. El otro ingrediente definitorio que la serie añade al cóctel es la negación de la feminización. Con esta dualidad logra crear una simetría divergente entre los tres personajes. A saber, Niko es una otenba, una de esas chicas a quienes gusta los deportes “de chicos” y actúan como tales (permitid que eluda el término patrio por un sentido anacrónico y peyorativo del que carece su contraparte nipona), Kazuki se encasilla en el Ouji-Sama o Príncipe, un role clásico del shoujo manga que se caracteriza por aquellas chicas de belleza andrógina cuyo porte aristocrático y elevado las convierten en objeto de admiración y deseo de las otras y por último Miwa, como la genio autista que se desprende de todo rol de género. A las tres hermanas se les une Yuu, quien, como una imagen especular, se muestra como chico asumiendo un rol femenino. Todo este rompecabezas proporciona las piezas perfectas para que el espectador cuestione las expectativas sociales y los papeles reservados a cada uno de los sexos.

Lejos de contentarse con esto, la serie da un paso más allá. Nos habla de la renuncia a la identidad propia por presiones externas, ya sean estas la estructura social, los círculos de amistad o imposiciones parentales. Podemos ser sujetos pasivos que nos dejamos arrastrar por los anhelos, las proyecciones de terceras personas en nosotros sin siquiera percatarnos de ello. En esta sociedad obsesivamente competitiva el individuo puede quedar sepultado bajo una identidad irreconocible de su propio yo.

Un tercer elemento que entra en juego es la dualidad romance-familia. Mientras las hermanas van quedando atrapadas irrevocablemente en el campo magnético que irradia Yuu despertando en ellas un anhelo romántico que ignoraban tuvieran, el chico las ve como ese núcleo familiar que nunca ha tenido. Dentro de esta estructura, se vislumbra así un nuevo tropo bien establecido en el imaginario japonés: el incesto. De cumplirse, está todavía por ver como sería gestionado y si la serie sabría también subvertirlo como ha hecho con el resto de ingredientes.

En el apartado visual, P.A.Works no decepciona, aunque tampoco innova. Un trazo nítido y bien definido, colores brillantes y fondos de calidad, elementos que encajan con el tono cómico de la historia. El estudio mantiene así el listón artístico de creaciones recientes como Mayonaka Punch, Shiroi Suna no Aquatope o Akiba Meido Sensou. Sin embargo, la gran similitud de caracteres entre las tres hermanas se convierte en su talón de Aquilas. Aunque hace un esfuerzo por dotar de cierta singularidad a sus expresiones, los son resultados mixtos. Niko se la presenta como una tsundere de manual, aunque adorable, a estas alturas de la película ya es un arquetipo demasiado explotado para que sea suficiente. El esnobismo de Kazuki en ocasiones se vuelve excesivo y su resistencia inicial ante Yuu, queda relegada al olvido demasiado pronto. A Miwa se le otorgan ciertos gatos felinos y juguetones, que si bien uno diría que entonan con el aspecto más introvertido y antisocial del personaje no terminan de conectar del todo. Loable eso sí, el esfuerzo por proporcionar temas de cierre monográficos dedicados a cada uno de los personajes de la serie, un detalle que se agradece.

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Sin ser una obra pretensiona, cumple aquello que promete. Mikadono Sanshimai wa Angai, Choroi es una comedia funcional con invitación a la reflexión incluida. Toda esta deconstrucción de roles sigue en proceso, así que será interesante ver hacia donde conduce. Eso sí, teniendo en cuenta su premisa, si algo puede reprochársele es un abuso desmedido del principal gag sobre el que se construye el arquetipo tsundere. La serie incluso llega al extremo que emitir todo un capítulo entorno a quien sonroja a quien antes. Por este motivo, harán bien en evitar este anime detractores de las tsundere o quienes ya les aburran los bochornos y mejillas ruborizadas. Mi valoración personal es positiva, tanto como entretenimiento formal como en las ideas contrapuestas que siguen confrontándose: presión sociofamiliar vs libertad de elección y amor romántico vs lazos familiares. Además, Yuu parece un personaje endeble, una víctima fácil, pero demuestra que el valor de una persona no se mide por sus cualidades tangibles, sino por sus convicciones y capacidad de defenderlas. Es un anime lleno de matices que invita a profundizar en él.

Título Original
帝乃三姉妹は案外、チョロい。
Estudio
P.A. Works
Obra Original
Manga (Aya Hirakawa)
Director
Tadahito Matsubayashi
Emisión
Verano 2025
Episodios
12 (23 min)

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