Kaoru Hana wa Rin to Saku
Sensación: dulzura contagiosa.
Ritmo: plácido, pero sin pausa.
Ideal para: acurrucarse en el sofá arropado por el cojín favorito.
Destaca por: la meticulosa construcción de sus personajes.
Presta oído a: sus silencios.
Clave visual: su composición impecable y las sonrisas deslumbrantes.
Para amantes de: las historias de amor tiernas y sosegadas.
Sorprendente por: su cercanía y capacidad de transmitir.
Cuando se trata de romance, CloverWorks es una apuesta segura, así lo atestiguan Sono Bisque Doll wa Koi wo Suru (KiseKoi) o Horimiya, pero ah, con Kaoru Hana wa Rin to Saku se superan a sí mismos. Esta adaptación del manga de Saka Mikami se ha posicionado directamente en la primera posición en varios destacados rankings de la temporada desbancando a titanes de la talla de Dandadan, el esperado regreso de Gran Blue o la ya citada KiseKoi. Es un puesto que se ha ganado por mérito propio, no solo por una calidad artística excepcional, sino por su poder de establecer una conexión íntima y subconsciente. Como un prodigioso prestidigitador, convierte ideales inalcanzables en mundanos reflejos del espectador.
Cual Romeo y Julieta, Rintarou Tsumugi y Kaoruko Waguri pertenecen a escuelas enfrentadas: el Instituto Público Chidori, plebeyo y mediocre, y la prestigiosa y elitista Academia Privada Kikyo para Chicas. Sus edificios están puerta con puerta, a penas un pequeño muro los separa entre sí; tan cercanos como alejados. Rintarou es un joven alto y reservado, cuya presencia causa pavor con quienes se cruza. Kaoruko, por lo contrario es una chica menuda, que aparenta menor edad de la que tiene. Su faceta golosa la arrastra con frecuencia a visitar cierta pastelería que, caprichos del destino, pertenece a la familia de Rintarou. Es así como este lugar de encuentro se convierte en la semilla en la germinará la relación entre ambos.
Kaoru Hana wa Rin to Saku es una obra juguetona que hace bailar al espectador a su antojo. De forma sutil y un tanto sibilina, rompe sus promesas relegando a unas notas de fondo apenas audibles aquello que se anunciaba como tema principal. Logra así, sorprender elevando la propuesta. De un manido drama basado en el conflicto, a un romance articulado con maestría, próximo y brillante. Reformula los arquetipos del género. En un ejercicio de minuciosa construcción, diseña una pareja de personajes para optimizar no ya su atractivo, sino la proyección subconsciente del espectador en ellos.
En el imaginario popular es bien conocida la idea preconcebida que se tiene del amante del anime. Si bien es una caricatura desfasada, no deja de tener cierto sustento y el personaje de Rintarou apela directamente a ella. Un chico introvertido y torpe, víctima de ostracismo escolar, con baja autoestima que, para postre, no tiene ninguna experiencia con el género opuesto. Sin embargo, estos rasgos quedan eclipsados por aquellos atributos que esas mismas personas anhelan: nobleza, fuerza, coraje y capacidad de enfrentarse a los abusones y opresores. Se crea así una conexión tanto con el yo presente (o pasado) del espectador, como con su yo idílico. Para ellas, en cambio, Rintarou bebe del shoujo manga, toma así del bishounen (el joven apuesto) no pocos atributos: alto, atractivo, los pendientes y el pelo teñido de rubio. Sin llevarlo al extremo idílico. Añade encima cualidades atrayentes, es educado y ayuda a su familia, a pesar de sus inseguridades no se muestra indeciso, no solo es protector, lo hace sin violencia, y su cuerpo forma una coraza alrededor de ella. En un equilibrio imposible, crea un personaje magnético a la par que creible.
Como es de esperar, Kaoruko no es la excepción. Una gema tallada con la minuciosidad de un habilidoso orfebre. Se presenta como el sueño de todo introvertido, una chica no solo los ve y reconoce, toma la iniciativa de forma decisiva, pero discreta. Lejos de ser alguien inalcanzable e intimidante es la chica de la casa de al lado. De sutil belleza, pequeña, adorable, cándida y dotada de una sonrisa radiante ante la que uno cae rendido. Para ellas, en cambio, no es una diva o princesa de cuentos de hada, es una chica menuda, de pelo oscuro y un tanto glotona. Alguien cercano con quien identificarse. Lejos de ser alguien indefenso, sabe reafirmarse y valerse por sí misma, características definitorias de la mujer moderna. La complementa para ellas, la inclusión de Subaru Hoshina, su mejor amiga. De nuevo, en una reinvención de roles, Subaru representa a la princesa rota, de belleza imposible, pero aquí no es su rival, sino su confidente y casi su mascota dócil. Sirve así como punto de realce de la figura de Kaoruko. Con estas piezas sobre la mesa, el puzzle pudiera haber quedado incompleto si no hubiera venido de la mano de un estudio como CloverWorks. Tomando como precedente la belleza visual de Akebi-chan no Sailor-fuku logra convertirse en medio vehicular perfecto para transmitir las emociones que una serie como esta necesita. Unos primeros planos y planos de detalle faciales espectaculares. De radiantes y luminosos cuando se necesitan, a íntimos y sutiles en los momentos opotunos. A destacar el capítulo centrado en la madre de Rintarou. Eriza la piel.
Resulta difícil encontrar anime de romance con una música realmente memorable y, a pesar de todas sus virtudes, Kaoru Hana wa Rin to Saku no es una excepción. Abre los capítulos el tema melódico de j-pop Manazashi wa Hikari de Tatsuya Kitani que encaja bien, pero no deja huella. Algo similar ocurre con la canción de cierre de Reira Ushio, Hare no Hi ni, que tal vez su melodía trillada o el apelar al día a día de la convivencia. Sin un tema notable como Sudachi no Uta para Wonder Egg Priority o Secret Base para Anohana, la serie pierde su oportunidad de convertirse en una obra redonda. En referencia a la interpretación de los actores que dan voz a los personajes, gran peso recae en Yoshinori Nakayama, por la cantidad de diálogos en off que debe recitar. Tanto él como Honoka Inoue (Kaoruko) hace un trabajo más que correcto y ayudan a hacer partícipes emocionales a los espectadores. Cabe destacar sin embargo, la elección de las voces para los secundarios quienes con pocas palabras consiguen reflejar las personalidades de sus personajes.
Kaoru Hana wa Rin to Saku se posiciona como un romance de referencia por méritos propios con el reconocimiento de la afición que merece. Sorprende la meticulosidad de la propuesta. Tanto la historia como los personajes están hilvanados a la perfección. Constituye así una pieza imprescindible en la filmoteca tanto de los románticos como de los buscadores del siguiente ídolo moe del que caer enamorado.
- Título Original
- 薫る花は凛と咲く
- Estudio
- CloverWorks
- Obra Original
- Manga (Saka Mikami)
- Director
- Miyuki Kuroki
- Emisión
- Verano 2025
- Episodios
- 13 (24 min)
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